La riqueza de la multipotencialidad en el entorno legal

En un entorno tradicionalmente técnico como el legal, donde la especialización es altamente valorada, podría parecer arriesgado hablar de perfiles con trayectorias diversas que no siguen un único camino profesional. Sin embargo, la creciente internacionalización del sector, la necesidad de construir relaciones significativas y la evolución de los servicios jurídicos hacia modelos más integrales han dado paso a profesionales con experiencias complementarias.

Aquí entra en juego un concepto fundamental que quisiera explicar: la multipotencialidad. No muchos están familiarizados con ella, pero se refiere a la capacidad de desenvolverse en distintos campos, combinando sus aprendizajes y utilizándolos estratégicamente. En este sentido, la multipotencialidad brinda una aproximación más creativa, empática y estratégica al desarrollo de negocios jurídico, permitiendo a los profesionales aportar desde perspectivas variadas y enriquecidas.

Al incorporarme al mundo legal hace algunos meses, proveniente de estudios y trabajos transversales como la traducción, la diplomacia, las relaciones internacionales, la cooperación educativa y las relaciones públicas, enfrenté la duda de si realmente podría aportar valor en un entorno tan especializado. La pregunta más común que recibía era: “¿Eres abogada?”. Y mi respuesta era siempre y con algo de angustia: “No”. Aun así, con el tiempo comprendí que esa respuesta no era un obstáculo, sino una oportunidad: la posibilidad de, como en un rompecabezas, emplear varias piezas para sumar desde una perspectiva distinta.

Lo que inicialmente parecía una desventaja, es decir, el hecho de no tener formación jurídica, o incluso comercial, terminó siendo un motor para el aprendizaje acelerado y para la identificación de sinergias entre mis experiencias previas y las necesidades reales del rol. La comunicación efectiva, el pensamiento táctico, la gestión de relaciones institucionales, la adaptación cultural y el enfoque orientado al detalle son competencias que desarrollé a lo largo de mi trayectoria y que hoy aplico directamente en el día a día.

Aceptándome como profesional multipotencial, he tenido la oportunidad de involucrarme en desafíos en iniciativas internacionales, como apoyar en la participación de mi firma en la IBA Annual Conference (México, 2024), apenas a un mes de haber tomado el cargo, y en eventos regionales de alto impacto, como la IBA LARF que se llevó a cabo recientemente en Lima. Estos acontecimientos no solo exigieron una rápida adaptación al lenguaje jurídico y a sus dinámicas, sino también la capacidad de integrar habilidades diversas para lograr resultados efectivos.

No pretendo afirmar que el recorrido haya sido fácil ni que el aprendizaje esté completo. Al contrario, formar parte de una industria tan especializada requiere humildad, formación continua y colaboración estrecha con los equipos jurídicos. No obstante, lo que sí puedo afirmar es que los perfiles multipotenciales aportan una visión clave valiosa, especialmente en entornos donde se necesita construir puentes entre lo técnico y lo relacional, lo local y lo global. La riqueza de la multipotencialidad no está en saberlo todo, sino en conectar los aprendizajes y experiencias diversas para generar valor.

En un mundo interconectado y dinámico como el actual, los equipos multidisciplinarios no son una alternativa, sino una necesidad. Apreciar la diversidad de trayectorias y la capacidad de integrar miradas distintas no resta profundidad. La potencia de una firma legal también se construye desde la diversidad de perspectivas que la hacen transformarse y progresar.

Por: Erika Delgado Rubio

Especialista en Relacionamiento Internacional y Business Development

Payet, Rey, Cauvi, Pérez